viernes, 29 de octubre de 2010

Lutero y sus 95 proposiciones

El 31 de octubre de 1517, el fraile agustino Martín Lutero exponía en la puerta del castillo de Wittenberg sus 95 proposiciones sobre el abuso de las indulgencias.

Hasta entonces, nadie había dirigido a la Iglesia una llamada de atención tan enérgica, a veces con sarcasmo y otras rebosantes de santa indignación (aunque otros miembros de la Iglesia ya habían antes criticado los abusos con las indulgencias), todo aquello fue lo que principalmente atrajo la atención de las personas hacía aquellas 95 proposiciones.

Lutero fue profesor de teología en la Universidad de Wittenberg pero también atendía las necesidades espirituales de la comunidad mediante sus predicaciones. Al reprochar a los penitentes sus pecados éstos le exhibían las bulas de indulgencia que los taimados aldeanos habían adquirido en el cercano país de Brandeburgo.

Aquellas bulas concedían la remisión de los pecados una vez verificada la confesión sacramental, y en cuanto al indispensable remordimiento por la falta cometida, ni siquiera era mencionado.

¿Cómo se originó este tráfico de indulgencias en Brandeburgo?

A raíz de un acuerdo comercial entre el príncipe Alberto de Brandeburgo, el papa León X y la banca Függer de Augsburgo, negocio lucrativo que Lutero puso en peligro con sus célebres 95 proposiciones. Estas perjudicaban tanto los ingresos que Alberto se apresuró a llevar el "caso Lutero" ante el papa y para tal cuestión, el príncipe recibió ayuda incondicional de los dominicos, ya que Tetzel, traficante de indulgencias, era dominico, y como Lutero atacaba de modo especial sus manejos, la Orden entera se consideró ofendida. Los dominicos exhortaron al papa a tomar medidas contra Lutero, acusándole de hereje y aguardaron con esperanza el resultado del proceso, viendo ya a Lutero en la hoguera.

Sin embargo, gracias a la protección del príncipe elector Federico de Sajonia, Lutero se salvó de semejante castigo. Por razones políticas, ni el papa, ni el emperador se atrevían a arriesgarse promoviendo un conflicto con el tan influyente príncipe elector. No obstante, tiempo después, el papa León X firmaba una bula mediante la cual, Lutero era condenado y además se le amenazó con que si no se retractaba de sus libros heréticos en una plazo de sesenta días todos sus escritos serían quemados.

Cuando se enteró Lutero de que un inquisidor del papa había quemado sus obras, quemó publicamente la bula del papa ante las puertas de Wittenberg. Desde aquel momento la ruptura con Roma era definitiva.

En 1521, Lutero y sus partidarios eran definitivamente desterrados y excomulgados.

Un par de datos adicionales:

1) Para Lutero era una locura creer que el hombre debe huir del mundo; al contrario, Dios ha colocado al hombre en el mundo para que en él cumpla su tarea, amando a su prójimo y trabajando con celo al servicio de la comunidad. Él dice "El hombre sirve a Dios cuando considera su vida y su trabajo como una vocación divina y obra en consecuencia; toda labor honrada adquiere el mismo valor a los ojos de Dios".

Esta concepción de la vida constituye uno de los principales resultados de la Reforma.

2) El estudio de la Biblia condujo a Fray Martín paso a paso hacia esta idea que iba a constituir el principio y base de su doctrina reformada: "El hombre se redime a los ojos de Dios no por las buenas obras, sino por la fe y por la fe sola".

Bibliografía: Historia Universal Daimon - Tomo Nº 06 Descubrimientos y reformas (Carl Grimberg)

martes, 5 de octubre de 2010

Política y pasión desenfrenada (Una pequeña reflexión)

¿Qué tiene la política que es capaz de levantar nuestras más profundas pasiones? Creo que las respuestas las conocemos.  Me he dado cuenta (Ya, claro que no he descubierto América, pero ahora lo he visto por mi misma) que cuando se discuten sobre estos temas las personas llegan a un punto en el cual su razón y su pasión se entrecruzan en una frontera muy delgadita, tanto que somos capaces de perder la perspectiva de la realidad … a mi me ha estado a punto de ocurrir en varias ocasiones, siempre he procurado no mantener discusiones muy largas sobre este tema porque para ser sincera las discusiones políticas muy prolongadas me llegan a alterar, detesto que mi calma se pierda, que mi mente se vuelva incapaz de elaborar propuestas coherentes, sin embargo, al principio hasta me resultan emocionantes algunas de estas discusiones políticas, aunque soporto mucho mejor los debates en los cuales hay un moderador y cada contendiente tiene tiempo de realizar sus postulados sin someternos a oír quejidos del otro lado.

A veces me imagino la política como un trozo delicioso de carne el cual es cotizado por fieras salvajes, unas que lo son abiertamente y otras que se disfrazan de inocentes corderitos defensores de los desvalidos, tanto lo presumen que cuesta confiar si sus intenciones son sinceras o son simples fariseos dispuestos a exhibir ante todos su condición de “ultra maravillosos seres humanos” incapaces de dañar a un “angelical” pobre, ah si, la gente de condición humilde es la favorita de muchos “héroes defensores de los débiles”, son sus conejillos de indias, sus medidores de lo que su artificial bondad (¿Cómo tan imperfectos y débiles seres podemos ser 100% bondadosos?, no lo somos) es capaz de crecer, el presumir de gran bondad es la semilla que alimenta la soberbia y esta enceguece hasta al mejor intencionado.

Cómo es posible que la política que se supone debe cultivar los más civilizados valores, genera en nosotros sentimientos que rayan en el salvajismo … si toda la noción de respeto se perdiera me imagino a los candidatos a algún cargo de autoridad abalanzándose a su rival y no sólo a ellos, sino también a cualquiera de nosotros, jalándonos de los cabellos porque no nos gusta el candidato que apoya nuestro ser querido o algún vecino … pero no crean que estamos libres de jalones de cabello verbales.

Nunca faltan aquellos seres que están en la “cúspide intelectual” y nos dicen a nosotros “pobres diablos de a pie” que nuestras elecciones están influenciadas por malvados medios, claro, somos tan “tontitos” que somos incapaces de sacar nuestras conclusiones sin que estos “iluminados” nos las digan, necesitan demostrar que si nosotros despertamos es por ellos … en fin, no creo que tampoco sea menester amargarse porque algunos posean el ego más grande que el monte Everest, si nos dicen “masas idiotizadas” (algunos debemos trabajar y no disponemos de todo el tiempo del mundo para dedicarlo exclusivamente a labores eruditas) bueno, es su problema, además, señores “iluminados” creo que cada uno de nosostros nos conocemos bien a nosotros mismos y no necesitamos medir nuestra valía personal a través de las valoraciones de Uds. que para eso contamos con un Ser Superior allá arriba.

¿Han visto cómo mi pasión empieza a despuntar?, basta pensar en política por un rato para empezar a volverme yo también un poco agresiva.

Política y pasión desenfrenada siempre estuvieron presentes, lo están y lo seguirán estando por siempre … aun así tenemos el deber de ser más reflexivos y calmados antes de dejarnos arrastrar por este tornado político.