¿Qué tiene la política que es capaz de levantar nuestras más profundas pasiones? Creo que las respuestas las conocemos. Me he dado cuenta (Ya, claro que no he descubierto América, pero ahora lo he visto por mi misma) que cuando se discuten sobre estos temas las personas llegan a un punto en el cual su razón y su pasión se entrecruzan en una frontera muy delgadita, tanto que somos capaces de perder la perspectiva de la realidad … a mi me ha estado a punto de ocurrir en varias ocasiones, siempre he procurado no mantener discusiones muy largas sobre este tema porque para ser sincera las discusiones políticas muy prolongadas me llegan a alterar, detesto que mi calma se pierda, que mi mente se vuelva incapaz de elaborar propuestas coherentes, sin embargo, al principio hasta me resultan emocionantes algunas de estas discusiones políticas, aunque soporto mucho mejor los debates en los cuales hay un moderador y cada contendiente tiene tiempo de realizar sus postulados sin someternos a oír quejidos del otro lado.
A veces me imagino la política como un trozo delicioso de carne el cual es cotizado por fieras salvajes, unas que lo son abiertamente y otras que se disfrazan de inocentes corderitos defensores de los desvalidos, tanto lo presumen que cuesta confiar si sus intenciones son sinceras o son simples fariseos dispuestos a exhibir ante todos su condición de “ultra maravillosos seres humanos” incapaces de dañar a un “angelical” pobre, ah si, la gente de condición humilde es la favorita de muchos “héroes defensores de los débiles”, son sus conejillos de indias, sus medidores de lo que su artificial bondad (¿Cómo tan imperfectos y débiles seres podemos ser 100% bondadosos?, no lo somos) es capaz de crecer, el presumir de gran bondad es la semilla que alimenta la soberbia y esta enceguece hasta al mejor intencionado.
Cómo es posible que la política que se supone debe cultivar los más civilizados valores, genera en nosotros sentimientos que rayan en el salvajismo … si toda la noción de respeto se perdiera me imagino a los candidatos a algún cargo de autoridad abalanzándose a su rival y no sólo a ellos, sino también a cualquiera de nosotros, jalándonos de los cabellos porque no nos gusta el candidato que apoya nuestro ser querido o algún vecino … pero no crean que estamos libres de jalones de cabello verbales.
Nunca faltan aquellos seres que están en la “cúspide intelectual” y nos dicen a nosotros “pobres diablos de a pie” que nuestras elecciones están influenciadas por malvados medios, claro, somos tan “tontitos” que somos incapaces de sacar nuestras conclusiones sin que estos “iluminados” nos las digan, necesitan demostrar que si nosotros despertamos es por ellos … en fin, no creo que tampoco sea menester amargarse porque algunos posean el ego más grande que el monte Everest, si nos dicen “masas idiotizadas” (algunos debemos trabajar y no disponemos de todo el tiempo del mundo para dedicarlo exclusivamente a labores eruditas) bueno, es su problema, además, señores “iluminados” creo que cada uno de nosostros nos conocemos bien a nosotros mismos y no necesitamos medir nuestra valía personal a través de las valoraciones de Uds. que para eso contamos con un Ser Superior allá arriba.
¿Han visto cómo mi pasión empieza a despuntar?, basta pensar en política por un rato para empezar a volverme yo también un poco agresiva.
Política y pasión desenfrenada siempre estuvieron presentes, lo están y lo seguirán estando por siempre … aun así tenemos el deber de ser más reflexivos y calmados antes de dejarnos arrastrar por este tornado político.