martes, 14 de septiembre de 2010

Una medievalista peruana (Última parte)

La última parte del testimonio de la medievalista Cristina Flórez:

"Estoy sumamente agradecida al Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica que me ha permitido publicar textos sobre los antecedentes de Derechos Humanos en la sociedad feudal, las relaciones internacionales a fines de la Edad Media y también sobre la génesis del Estado moderno y para quienes estoy preparando una selección de textos comentados sobre antecedentes de Derechos Humanos en la sociedad medieval.




Actualmente trabajo sobre la relación entre las ceremonias públicas virreinales y las existentes en Europa entre fines de la Edad Media y el siglo XVII investigación que terminará este año (aqui ella se refiere al año 2000 aproximadamente).


Sigo pensando en lo que decía Dora Bazán, como uno debe defender su vocación. Si a uno le interesa un determinado tipo de investigación debe dedicarse a ella porque va a hacerla con gusto, y lo que se hace con gusto no es lo mismo que aquello que nos lo imponen, aunque le digan que se va a ganar más. Un buen especialista realmente va a hacer su trabajo bien y va a poder señalar condiciones. Lamentablemente, en las últimas décadas se ha agravado aún más en nuestro pais lo que podríamos decir el poco aprecio (por decirlo de manera elegante) de todo lo que son las humanidades, que vienen a ser algo asi como un decorado y en algún caso, un estorbo. He escuchado a amigos del área de matemáticas o ingeniería hablar de la inutilidad de las humanidades. Considero que no podemos comprendernos ni comprender a los que nos rodean, menos aún entender a nuestro pais y sus problemas, si no tenemos una buena base humanística y especialmente histórica.


Si algo me choca y sobre todo me desespera es que en un país como el nuestro, con el más rico legado cultural en América del Sur como ha escrito un especialista francés, Jean Paul Deler, sea el que tiene más problemas para asumir su identidad nacional. Más grave aún, el poco aprecio que se tiene por nuestra cultura, salvo para las propagandas turísticas. Allí todos, desde el presidente hasta el último funcionario de turismo, se acuerdan de nuestra hermosa historia y luego le dan un puntapie a la misma, enmugrecen el legado histórico que no interesa para nada, salvo para la propaganda y no para conservarlo (...).


Necesitamos formar educadores con una sólida conciencia histórica, quienes además conozcan otras historias que les permitirán apreciar mejor lo nuestro, darnos cuenta de su importancia y recuperar mucho de esa autoestima que tanto hemos perdido en los últimos tiempos.


(...) Necesitamos conocer nuestra historia y manejar no solamente la nuestra sino otras historias y esto significa realizar transformaciones importantes en nuestros programas educativos escolares, pero sobre todo en los programas de formación de profesores de historia y de historiadores. Si nos centramos en enseñar lo nuestro no fortalecemos nuestra conciencia histórica, más bien la debilitamos porque tendremos siempre una visión fragmentada del devenir histórico."

jueves, 9 de septiembre de 2010

Una medievalista peruana (Parte 1)

El testimonio que viene a continuación lo rescaté de mi antiguo blog y en su momento lo saqué del libro "Historia e Historiadores" de Wilfredo Kapsoli (Compilador) del año 2001, las palabras que siguen pertenecen a la medievalista peruana Cristina Flórez, cuya existencia hasta entonces desconocía, espero que les parezca tan interesante como a mi, les dejo algunas de las partes que me parecen más resaltantes:


Descubrí mi vocación de medievalista a los nueve años cuando leía los libros que tenían mis padres. Quería ser historiadora y especialmente medievalista. Naturalmente este deseo me creó durante tiempo graves problemas en casa, puesto que mi padre no deseaba que fuera historiadora, y peor aún en Edad Media. Tal vez si hubiera elegido historia peruana podría haberlo aceptado, Naturalmente, al igual que lo dirían más tarde algunos de mis profesores, qué futuro económico me esperaba con la elección que había realizado. Como se podría decir en broma: morir de hambre (...) la elección fue dura pero decidí presentarme a la Católica y logré ingresar en 1961, teniendo 15 años y debiendo esperar mi cumpleaños para poder matricularme. Sentí el problema de no tener un especialista en mi área, tal vez dos como máximo en historia europea (y probablemente por esa razón soy tan exigente en cuanto a la necesidad de tener especialistas en diferentes áreas de historia, no solamente en la peruana).

(...) pero debemos tener en cuenta los problemas que había en la Universidad Católica en la década de los 60. (...) Por ejemplo, la biblioteca no estaba actualizada y eso (a Dios gracias), me permitió desde mis inicios de vida universitaria adquirir las obras que necesitaba y poder contar ahora con una biblioteca bastante completa de historia europea.

(...) Recuerdo que cuando, ya obtenido el bachillerato con la tesis y el doctorado, ingresé a Institituto de Estudios Medievales de la Universidad Católica de Lovaina, me di cuenta de todos los vacios que tenía en mi formación de historiadora: latín, paleografía, amén de otras ciencias auxiliares de la historia. Naturalmente me sentí muy mal y podría notar la diferencia que existía entre una universidad europea de primera y las nuestras, universidades privadas o estatales que eran la muestra de lo que es uno de los problemas de los países en vías de desarrollo: el atraso en la formación profesional. (...) Más grave aún, quienes se especializan en Europa o EEUU en temas de América Latina e inclusive Perú, tienen acceso a materiales documentales o bibliográficos que ni siquiera nosotros tenemos a nuestro alcance.

En cuanto a mi experiencia en Bélgica reconozco que fue muy especial; la educación allí es muy rígida, bastante jerarquizada y se marcan las distancias entre alumnos y profesores. (...) cuando eres medievalista en el Perú es algo difícil estar actualizada, pero no imposible. Existen una serie de ayudas o posibilidades de hacerlo. Es cierto que cuesta adquirir libros pero hay mucha generosidad de tus antiguos profesores y de otros colegas que te mantienen informada, gracias a envios de libros, fotocopias o correos electrónicos.

(...) siento enormemente la poca o ningua posibilidad que tengo de dialogar con otros medievalistas, salvo con alguno que otro interesado en el arte, la filosofía o la literatura de ese periodo. Más grave aún, no hay posibilidad de trabajar en proyectos conjuntos lo que imposibilita prácticamente realizar un proyecto de gran envergadura y que podría ser de gran interés para nuestro país, como el investigar sobre las supervivencias del mundo medieval en el Perú.

(...) En nuestro país el sistema universitario favorece la especialización únicamente en lo relacionado a la historia peruana, muy loable por cierto pero es necesario formar gente especializada en temas de América Latina, Europa, Asia o África, tan necesarios en este mundo globalizado. Si no se preparan especialistas en estos campos ¿Cúal es el resultado? (...) Es cierto que ha sido una gran ventaja mi especialización, pero a plazo muy largo porque he debido esperar muchos años para dictar el curso de Historia Medieval en una Universidad peruana y por ello estoy sumamente agradecida a la Universidad de San Marcos. (...) Es sumamente gratificante porque jamás pude dictar ni en la Universidad Católica ni en la Universidad de Lima, mientras tuvo la especialidad de Historia, del curso del que soy especialista.

(...) En cuanto a profesores que me han impresionado o me han marcado mucho en mi carrera, no solamente en lo académico sino en lo personal, debo mencionar en primer lugar, al doctor Onorio Ferrero en la Universidad Católica, así como a uno de los grandes medievalistas del siglo XX, quien me hizo sentir lo que es el genio en la historia medieval así como en cuanto al trato personal, el profesor Georges Duby a quien encontré cuando era alumna en la Universidad Católica de Lovaina y era nombrado Doctor Honoris Causa. A partir de ese único encuentro establecimos una amistad epistolar que me fue de gran ayuda sobre todo en los momentos dificiles de mi carrera.

(...) En parte agradezco enormemente no haber optado por la historia del Perú. Creo que en esta época de un neoliberalismo tan cruel no tendría mucho espacio de trabajo.(...) aprendí del momento en que me especialicé y en que empecé a dictar en la Universidad a apreciar nuestra historia, por ejemplo me interesó mucho más el Tahuantinsuyo cuando conocí mejor la historia romana. Creo que conociendo la historia medieval me hizo ver un poco meuor o con ojos más, digamos, atraídos por lo que era nuestro país en los últimos tiempos. Entonces, le soy grata a mi especialidad porque de alguna manera me hace sentirme más cerca de los nuestro. Creo que soy una de esas pocas peruanas que ha vivido mucho tiempo fuera y que jamás ha intentado quedarse fuera, que sigue apostando por el Perú.

(...) Actualmente trabajo sobre lo que son relaciones entre política medieval y política colonial pero nunca específicamente sobre lo que son mis temas de interés. Hace diez años que terminé una investigación sobre comercio medieval a fines de la Edad Media y todavía no he conseguido quien la publique. Curiosamente, esa misma universidad donde estuve el año pasado en Chile, me dijeron que la podían publicar. (...) Comencé trabajando en un tema que me interesó desde mi estadía en Bélgica: el comercio medieval, porque justamente estaba en una región, Flandes, que se había destacado mucho en esa actividad, y especialmente me centré en el comercio de los mercaderes castellanos en la ciudad de Brujas. Hice una investigación referida a la época de Isabel La Católica, fines del siglo XV. Luego he trabajado algo sobre ciudades medievales y posteriormente todo lo concerniente a Antecedentes de los Derechos Humanos en la sociedad Feudal (siglos XI-XIII).

La mayor parte de lo que he trabajado se encuentra en libros y revistas de Universidad de Lima. Por ejemplo sobre "Brujas y Gante como expresiones de las sociedades urbanas medievales", en la revista Plural; "La crisis de la Edad Media Tardía: el caso de la ciudad de Brujas" en Las crisis de la historia; "La carrera de Flandes, precedente necesario de la colonización del "Nuevo mundo" en Sociedad y Expansión; "Las revueltas flamencas en la Edad Media Tardía" en Bélgica, identidad e Historia; "El poder de la palabra: sermones medievales y sermones coloniales" en Scientia y Praxis, asimismo "La Europa feudal: sociedades en expansión", publicado en el texto que utilizan nuestros alumnos, cuyo título es Sociedad y Cambio.



jueves, 2 de septiembre de 2010

Libros de historia universal

Este fin de semana recibí un magnífico regalo de un pariente, una colección de libros de historia universal que consta de 12 tomos (desde la prehistoria hasta el siglo XX), estos fueron editados en el año 1967 y su autor es Carl Grimberg (aunque él solamente pudo escribir la historia hasta el siglo XVIII, ya que en 1941 falleció y un discípulo suyo continuó la obra), así que me he dedicado a dar una hojeada a algunos de estos tomos, posteriormente me tocará darles una lectura más calmada, estoy tan entusiasmada con estos libros que no puedo evitar, desde ahora, echarles un vistazo (no empiezo a leerlos como se debe desde ahora porque estoy enfrascada en otras lecturas).

Es curioso que estos libros me hayan tenido en una especie de éxtasis desde el domingo hasta el lunes de esta semana, asi que no he podido evitar acordarme lo que Virginia Woolf describió en su libro "Una habitación propia", en uno de sus capítulos, ella imagina que va a una biblioteca a investigar qué dicen los eruditos sobre la mujer y le tocó leer un libro especialmente misógino y ella sintió mucha rabia, ella explicaba que sentía la rabia que seguramente experimentaba el autor al escribir esas líneas (esto fuera de la indignación que haya podido sentir ante otro escrito de naturaleza semejante) ... sí, jamás podré olvidar ese comentario suyo, a mi me pasa casi lo mismo con esta colección que me han regalado, pero al revés, cada página que leía me llenaba de felicidad, sentía que el autor había puesto un gran entusiasmo al momento de escribir cada palabra, era como si algunos de los pasajes históricos los conociera por primera vez (aunque en realidad ya los conocía de otros libros).

Era como si viajase al tiempo de la reforma protestante y conocía a un Juan Calvino que instaba a los cristianos a ayudar a los pobres y ser bondadosos con los animales, a un Lutero que a pesar de su gran brusquedad amaba a los niños, la poesía y la música.

Además, aterrizé un ratito en el tiempo de la contrarreforma, básicamente en la vida del aguerrido Ignacio de Loyola y pude leer sobre sus famosos ejercicios espirituales que según se comenta eran una especie de yoga, en versión occidental claro.

Luego llegaba al tiempo de los opacos ateos franceses del tiempo de la revolución del siglo XVIII, donde por ejemplo, se contempla a un Rousseau enemigo de la propiedad privada y con una concepción muy equivocada del ser humano (¡Pensar que en otros tiempos yo hubiera estado muy deacuerdo con él en esto último!).

También recorrí rápidamente la historia de la literatura inglesa del siglo XVII-XVIII, las vidas de sus principales escritores, pude leer algo más sobre Daniel Defoe, autor de "Robinson Crusoe" uno de los libros que estoy leyendo actualmente y que pienso comentar en cuanto lo termine. Nunca pensé que este libro haya sido la delicia de los adolescentes, cuando escriba al respecto comentaré más sobre este último punto.

En fin, tengo Carl Grimberg para rato, ya veo que llegaré a usarlo como fuente para futuros artículos sobre historia.